Desde que nuestras actividades profesionales individuales y nuestras particulares inquietudes sociales coincidieron en el espacio y en el tiempo en el Programa Renacimiento.

 

Desde que comprobamos que, juntos, nuestros esfuerzos alcanzaban logros constatables, individuales y colectivos, a los que no hemos renunciado.

 

Desde que comprobamos mediante nuestra actividad en las principales zonas de concentración de exclusión social de Extremadura (Aldea Moret en Cáceres, Colorines en Badajoz, Gabriel y Galán -La Data- en Plasencia y San Lázaro en Mérida, que el compromiso social con las personas en riesgo de exclusión puede y debe ser mucho más que la formal y distante declaración de intenciones, mucho más que la queja, y nunca el conformismo.

 

Desde que sabemos que aquellas personas por las que tanto trabajamos entonces, no han perdido la esperanza de luchar por su dignidad y su futuro junto a nosotros.